viernes, 24 de septiembre de 2010

Aquello que me guardo

Las lágrimas de medianoche, mis manos explorándome, pensamientos absurdos, pensamientos asesinos. Un poco de odio, un poco de indiferencia, mucho amor, nada de soberbia, un poco de envidia, bastante gula, nada de avaricia. Lujuria, bastante lujuria. Besos que no lllegaron a su destino, caricias que se quedaron frías, marcas de un amor rudo y masculino. Tu sonrisa, tu ceño fruncido, tu boca entreabierta, tus ojos cerrados, tus lágrimas, tu olor, tu esencia. Caminos sin recorrer, caminos recorridos, caminos accidentados, caminos que hice, caminos que deshice, caminos que ignoro. Placeres culpables, un disco de Belinda y un par de S Club 7, una pulsera de púas, ropa negra, una patineta rota, una niñez rebelde. Cicatrices en lugares ocultos, marcas de nacimiento, hematomas, mordiscos, lunares, pecas, identidad. Un niño que no madura, un adulto que tiene miedo, un adolescente perdido. Sueños imposibles, falta de voluntad, esperanza lúgubre, deseos sedimentados. Miedo de perderte, alegría de tenerte, inseguridad, certeza, pasión, pertenencia. lo que te doy, lo que te quiero dar, lo que no te puedo dar, lo que te daré, lo que te di. Lo que callo, lo que no te dije, lo que te conté, lo que no he visto, lo que me muero por ver, lo que vi y me guardé.

Un niño que no madura.