martes, 29 de abril de 2008

Enough!

Enough with your stupidity

Enough with your ego problems

Enough with your haunting ghost of the past

Trying to haunt me everyday...



Enough with your voyeurism


Enough with your "I said, he said"

Enough with your childish behavior

And your unexplainable hate



¿Sabes qué? Me harté de tu actuación. Si tienes problemas conmigo, dímelo directo en la cara. Lástima que ya no te tengo en
ninguna de mas paginas de perfiles, porque yo si me encargaría de enfrentarte.

Es triste que mientras yo voy encaminado hacia el éxito y el cumplimiento de mis metas, tu te convertiste, y sigues siendo, en una meretriz mediática, en particular de la web... ¿coincidencia con cierto personaje pintoresco que dirige a este país?

En vez de buscar llevar tu vida lejos del fracaso y buscar cumplir una meta a futuro en una universidad o cualquier instituto de educación superior, te refugias en tus "amigos" virtuales... ¿es eso vida?


Me encanta que seas lector asiduo de mi blog, aunque no dejes comentarios porque quizás hiera tu ego dejarle palabras al blog de quien fue tu mejor amigo y apoyo emocional alguna vez... De verdad me encanta que seas lector de mi blog, así te culturizas un poco más que visitando TMZ.com para saber que fue lo nuevo que sucedió en Hollywood con otras putas mediáticas...


Ya, me descargué suficiente en esta entrada.... Espero tus comentarios. Si te pican, es porque esta entrada cumplió su cometido.

También quiero que sepas que mis sentimientos hacia ti en aquella época fueron reales... Yo no le digo a una persona lo que siento sin estar completamente seguro de que eso es lo que siento... Lástima que tu s
í supiste mentirme, y vaya que lo hiciste bien. Te felicito, un Oscar y un Golden Globe por eso.

Saludos a mis lectores y en especial al motivo de esta entrada.


Chesco.

miércoles, 23 de abril de 2008

Úsame

Esto sucedió hace un par de semanas... quizás tres...

Recibí un mensaje por mi teléfono móvil que me alegró ese día y quizás hasta la semana: "voy a Caracas este martes, espero verte".

Llegó el martes. Yo fui a la universidad como de costumbre, aunque ese día sólo tenia clases de 2 a 4pm. Era inevitable dejar de pensar que moría por ver a esa persona al llegar a casa. Desde que se alejó de mí por cuestiones ajenas a ambos, he sentido un vacío que se me ha hecho difícil de llenar.
Pensé que al tener su presencia de nuevo, aunque fuera por unos días nada más, recuperaría el ánimo que ni sé a donde demonios se fue.

Salgo de la universidad corriendo hacia el metro. Deseo llegar cuanto antes a casa y que ya esté ahí, esperándome.

Cuando llego a mi apartamento, veo que todo está igual. Normalmente, cuando llega el edificio cambia. Su presencia trae otras vibras. Sí, es algo ilógico pero así lo siento yo.

Voy directo a encender mi PC, un poco decepcionado. Ya me estaba haciendo la idea de que no iba a venir, el viaje no es tan largo como para haberse tardado tanto. Además, ya con anterioridad había cancelado sus viajes de visita a Caracas.

Una hora creo que pasó mientras Facebook y Myspace consumían mi aburrimiento, cuando mi celular suena. No suelo recibir llamadas debido a que todos mis amigos saben que mi celular no lo puedo contestar porque está dañado (así es, tengo, prácticamente, un beeper). Cuando veo el celular decía su nombre, el número de su apartamento. Mis ojos se iluminaron y una sonrisa enorme se dibujó en mi rostro: había llegado.

Abro la puerta de mi apartamento corriendo, salgo al pasillo y para m sorpresa ya estaba en la reja esperándome. Nos saludamos normal, no queríamos mostrar la verdadera emoción que nos daba al vernos de nuevo, quizás sería imprudente tanta algarabía frente al apartamento que está al lado del mio, ya que vive una anciana muy enferma. Me dijo que fuéramos a su apartamento y ni corto ni perezoso acepté.

Hablamos por un buen rato de lo que nos había pasado en estos meses que teníamos sin vernos. Me sentía a gusto. De repente un frío recorre mi espalda y mi estómago: "¿quieres venir a mi habitación? conversemos allí."

Fuimos a su habitación. La soledad reinaba en ese apartamento. Su papá casi nunca está en casa. Cuando entramos, no pude evitar sentirme un poco nervioso. Yo sabía lo que estaba por pasar pero yo quería que pasara, sólo que quizás aun soy muy cobarde y tímido en el fondo.

Me siento en su cama, acomodo la almohada y al voltearme sus labios ya se habían posado en los míos. Que sensación tan placentera, sentí como en una milésima de segundo, ese vacío se había llenado por completo y creo que hasta se desbordó. Nos besábamos con pasión, como si se nos fuera la vida en ello.

Una cosa llevó a la otra. La noche prematura caía sobre nuestros cuerpos sedientos de lujuria, pasión y amor. Esa noche sentí que no fue solamente sexo. No... esta vez hicimos el amor. Que cursi suena ¿verdad? Es casi un cliché novelístico y casi fantasioso en la actualidad, donde el sexo sin amor está a la orden del día. Pero yo si sentí el amor, y estoy seguro que ambos lo sentimos esa noche.

Ambos terminamos exhaustos y extasiados. Aun no podía creer que esto me estaba pasando. Me sentí tan feliz en ese momento que no puede evitar responderle a algo que ya me había dicho antes de partir: "te amo."

Su cara fue de sorpresa total. No se imaginó que esas palabras saldrían de mi boca en ese momento. La verdad es que yo tampoco. Luego sonrió y me dijo: "gracias por sincerarte. Sabía que mi amor era correspondido, era cuestión de tiempo."
Cuando me dijo eso me sentí aliviado y con ganas de estar a su lado toda la noche hasta el amanecer. Pero era imposible, nuestra relación es secreta y tenemos que seguir cada quien por su lado como si nada.

Me vestí, nos despedimos con otro beso interminable y regresé a mi apartamento. Me fui a dormir y soñé toda la noche y la madrugada con lo ocurrido. Tenía que aprovechar todos esos días que iba a estar en la ciudad para pas
ar tiempo de calidad juntos.

Amanece el miércoles. Enciendo mi celular inmediatamente y le paso un mensaje. "Quiero verte hoy y besarte hasta que no pueda más". No recibí respuesta...

Transcurre el día en la universidad. Le vuelvo a pasar mensajes... nada aún. Llega la noche, voy a su apartamento. No está. Llamo a su celular. Está apagado. Me voy a dormir un poco consternado y confundido. "¿Qué pasa? ¿Dónde estará? ¿Será que se fue sin decirme nada? ¿Le habrá pasado algo?" Esos eran
mis pensamientos durante toda la noche que pasé casi en vela, se me hacía imposible dormir.

Día jueves. Una vez más, le mando un mensaje al despertar. No me contesta. Enciendo la PC y busco su nombre en mi lista de conectados en el messenger. No veo nada. Me comienzo a preocupar. Ya mis ánimos comenzaron a decaer. No quería hacer nada, simplemente volver a estar a su lado aunque sea un minuto. Ni siquiera le pediría explicaciones de dónde ha estado, con quién y por qué no me devuelve las llamadas y los mensajes. Pero no, el día termina sin
saber nada otra vez.

Así amanece el viernes... transcurre igual que los días anteriores... Llega el sábado. Estaba asustado, el sábado se supone que regresaba a su nueva ciudad. Tenía que saber de su existencia antes de que se marchara. Pero fue inútil cada intento: seguía sin responder mis llamadas, mis mensajes y no estaba en su apartamento. Casi me rendí. Para despejar mi mente, fui con mi abuela y mi tía a hacer mercado en Montalbán. Eran casi las 10am.

2pm. Regresamos del mercado. Cuando vamos entrando al estacionamiento del edificio, mis ojos se quedaron perplejos e inexpresivos al ver un carro conocido saliendo del estacionamiento. Se estaba marchando ya para su ciudad, su papá
manejaba. No pude evitar dejar correr una lágrima por mi rostro, se estaba marchando y no supe nunca nada desde que estuvimos juntos el martes y le dije "te amo". Sequé mis lágrimas rápidamente antes de que mi abuela o mi tía se dieran cuenta.

Llegué al apartamento lleno de odio, desprecio, decepción, ira, traición, confusión. ¿Por qué? Sólo me preguntaba ¿POR QUÉ?

Han transcurrido dos semanas... o quizás tres... El odio se esfumó. La irá se marchó. La decepción está dormida. El desprecio nunca estuvo ahí. La trai
ción era un holograma. La confusión está latente. ¿Será que el amor prevaleció? No lo sé... pero prefería sentir cualquiera de esos sentimientos que nombré anteriormente antes que sentir lo que siento ahora. Siento que aún quiero estar a su lado. No me importa que yo ya no le importe. No me importa que ya su "te amo" haya caducado. Mi "te amo" sigue vigente. Por eso digo que cuando devuelves un te amo, estás jodido. Yo quiero que vuelva. Y si lee esto, tengo un mensaje que quiero que lea: háblame, búscame... ús a m e.


lunes, 14 de abril de 2008

Otoño en la UCAB

Hay veces que el mundo no deja de sorprender...


Asistir a la universidad no es una obligación, es una decisión que toma cada adolescente al graduarse de bachiller de la República...

Cada día estoy más convencido de que decidí bien.


La universidad es un mundo completamente nuevo... No solo de conocimientos (bah, vamos a estar claros: se va a la universidad es para experimentar esa fabulosa, legendaria y casi hollywoodense vida universitaria de la que muchos hablan) sino también de gente nueva, individuos pertenecientes casi a nuevas especies humanas desconocidas hasta para Discovery Channel...


Pasearse por el campus de una universidad famosa de Venezuela puede ser una experiencia religiosa y casi fantasiosa: desde miembros de arraigadas tribus urbanas hasta personas solitarias sentadas en la grama escribiendo poesía o el contenido de alguna nueva entrada para un blog...

La universidad donde estudio no es la excepción. La Universidad Católica (?) Andrés Bello (UCAB) es una muestra perfecta de la sociedad que queremos y no queremos ver en la calle.


Haciendo referencia a mi escrito anterior, los disfraces es lo que más abunda. Quizás sea por "necesidad", por sobrevivir la vida universitaria o simplemente porque la falsedad es lo más chic* de la actualidad. No se y no me interesa, solo sé que eso está mal.

A veces las personas que no usamos disfraces necesitamos un retiro del "fashion boulevard" y de la feria de comida. Acudimos a la grama, el pedazo verde de la UCAB. En estos días, particularmente, se ha convertido en un
refugio perfecto. ¿Quién necesita estaciones? ¡Aquí también las podemos disfrutar! Aunque bueno, quizás no sean tan exactas como las de los países de latitudes mas altas y bajas.


El otoño llegó a la UCAB, quizás a otros lugares de Caracas y de Venezuela, pero me gusta creer que fue solo en la UCAB y así imaginarme en una universidad europea. Hojas secas y árboles desnudos contrastan con la verde grama y la tierra húmeda. Ahhh, el ambiente perfecto para el relax. La vida universitaria no es solo estudiar, rumbear y mantener un disfraz ¿saben? ¿Y que mej
or que escaparse dentro de la boca del lobo?




Mierda sí, lo sé, esta foto es EXTREMADAMENTE GAY. Lo siento, la fotógrafa captó mi PEOR ángulo.

Mis amigas y yo hemos disfrutado de nuestro "otoño tropicaliente personalizado". Hahaha, cuando hasta los frutos de un árbol particular nos divierte. Revolcarnos en las hojas secas y tomarnos fotos otoñales... Es raro cuando uno se divierte de una manera tan infantil sin necesidad de tener una copa de alcohol en la mano.


Ya terminó el otoño. Ya barrieron las hojas secas. Hoy llovió. ¿Ahora viene una "primavera tropicaliente personalizada"? ¿No se supone que viene el invierno? Oh cierto... Olvídenlo...


Esperaré sentado en la grama a la próxima estación, viendo como caducan cientos de disfraces al frente de mis ojos...

Que suerte que ya los distingo y me conseguí amigos que ni en carnavales los usan.



PD: Disculpen la b
analidad de esta entrada, les prometo algo más sesudo después.


viernes, 4 de abril de 2008

Los disfraces tienen fecha de vencimiento

Llegas a mí. Nos conocemos por primera vez. Me caes muy bien, tu personalidad es atrayente. Me doy cuenta que tienes facilidad para relacionarte con la gente a tu alrededor. Sin duda eres el centro de atención. Todos tienen que ver contigo. Volteas a tu alrededor y siempre hay alguien llamándote para que vayas a hablar o a salir por ahí. De verdad que te admiro.
Pasan los días. Me cuentas de tus amores. Me cuentas de tu actual ilusión. Oh! madre de las casualidades! la persona con la que quieres estar es tambien parte de mis amistades. Compartimos sobre esa persona. Le digo lo esencial para enamorarla. Esa persona me cuenta a mi sobre mi nuevo amigo. No opino. No quiero meterme entre ambos, no quiero ser un cupido o si no quedar como la manzana de la discordia. Me limito a observar como evoluciona su relación.

Terminó. La relación terminó antes de que empezara. Me cuentas. Me cuentan. No tomo partido. Algo comienza a suceder entre tu y yo... cambias...

Cambias. Me ignoras cuando te saludo. No me miras cuando hablamos frente a otros amigos de ambos. No me incluyes en tus conversaciones. Te vuelves pedante. Tu arrogancia opaca tu genialidad. Comienzas a esparcir chismes. Yo arruiné tu relación? cual relación? la que nunca comenzó? Te ofendes. Me llamas hipócrita. Me llamas traidor. Traidor?
Me dejas de hablar por completo. Me entero de lo que tú hablas de mi por terceras personas. Qué fuiste todo este tiempo? Caí como una mosca en tu telaraña. Sólo porque no soy como tú tenía que terminar todo así? Y de paso, pretendes alejarme del resto de mis amistades?

Lo siento. Ya lo comprendo todo. Llevabas un disfraz. Un disfraz que te p
usiste desde el primer día que te conocí. Lo que pasa es que no me dí cuenta de la etiqueta. Esa etiqueta que decía "Advertencia: el disfraz se vence cuando los intereses se acaben." Ahora lo entiendo. Claro, intereses de por medio. Eso es. La clave para descubrir un disfraz. Busca su fecha de vencimiento, todos la tienen.