martes, 15 de julio de 2008

Bailemos un minuet

¡Ven! Deja la timidez... Levántate de esa vieja silla y baila conmigo. Lo que sigue es un minuet. ¿No sabes bailar un minuet? ¡Ja! ¡Qué vergüenza! No te preocupes, tú solo sigue mis pasos, te los susurraré al oído.

Toma mi mano, colócate esa rosa roja en tu boca, yo haré lo propio. Reverencia, mirada seductora.

¡Ah! Que ocurrencias tiene el destino... Ayer precisamente estaba pensando en ti. No pensé verte en una fiesta tan clásica como esta. Es difícil encajar en ambientes como este,
pero estoy seguro que te acostumbrarás. Trataré de ser un buen guía, pero no soy famoso por mis consejos. Tienes que tener paciencia, aprender a seguirle la corriente a los más altaneros para mantener una conversación sobre once maneras de hacer una crème bruleè por más de una hora. Es sólo eso, costumbre.

Uno, dos: demi-coupé con el pie derecho.

Ayer no paraba de maldecir los deficientes servicios públicos de este país. ¿Cómo pueden permitir los ciudadanos que les corten el servicio de luz cada diez minutos durante dos horas? Es absurdo, si eso sucediera en un salón de baile de Reims en Francia, la socied
ad reaccionaría. A veces me gusta pensar que estamos en una monarquía absolutista en vez de afirmar que esto es una dictadura, porque me gusta pensar que quien está en el poder es el rey Luis XIV y no un caudillo militar de pobre cultura y educación. ¡Por Dios, la cultura! ¡El nivel de desarrollo de una región se mide por su cultura! Es tan difícil conseguir en estos días amantes del teatro, el buen cine, la buena música... Supongo que es mucho pedir para una sociedad mayoritariamente conformista...

Tres, cuatro: demi-coupé con el pie izquierdo.

¡Oh! Disculpa si te aburro con las banalidades que salen de mi boca. Es que soy tan inconforme que no puedo evitarlo. Hablemos de ti. Me enteré de que te has vuelto todo un buen estudiante. ¡Imagina mi cara de sorpresa al enterarme de eso! Todo lo que no estudiaste en la secundaria, lo estás haciendo en la universidad. Me parece maravilloso, sólo espero que no des
mayes.
No me mires a los ojos así que me intimidas. Si no entiendes mi sarcasmo, lo lamento. Ese es mi segundo idioma. Me he ganado el odio de muchos por ser un políglota que habla castellano, inglés y sarcasmo. ¿Por qué no sé francés y estoy bailando un minuet contigo? ¡Qué buenas preguntas haces! Supongo que mi fascinación por la cultura europea y mi búsqueda por una cultura que realmente me identifique me han llevado a esto. No te preocupes, el francés pronto formará parte de mi repertorio lingüístico.

Cinco: pas élevé con el pie derecho.


Hay personas que bailan el minuet con un pas de bourrée. Yo me apego a lo clásico, así que tú sígueme.
La verdad es que últimamente he pensado demasiado en mi futuro amoroso. Sí, un poco precipitado para mi corta edad. Pero es que me he dado cuenta que mi timidez no me va a llevar a ninguna parte. No parezco un comunicador social, pero eso es sólo por ahora, lo prometo. Quizá me cuesta demasiado hacer amistades y comprometerme a un
a relación seria por las experiencias que llevo encima a pesar de tener sólo diecisiete años. Pero reflexionar sobre eso significa que he madurado un poco y espero me funcione ser un poco más maduro.

Seis: pas elevé con el pie derecho.

¿Tú? No creo... ¿Tú quieres ser parte de esa mitología de la "media naranja"? ¡Ja! Qué valiente eres... Ya estoy dudando de ti, disculpa. No he reflexionado lo suficiente aún. Pero es que necesito que me demuestres con certeza que vale la pena intentarlo. No quiero salir lastimado, tú tampoco. ¿Pacto?

Reverencia, repetir los pasos desde el uno, dos.

Dime la verdad...

Tres, cuatro

¿Tienes la seguridad...

Cinco


... de que lo que sientes por mi

Seis

... es amor?

Reverencia.

Gracias por bailar conmigo. La próxima vez un poco más de soltura en el pas elevé no te quitará masculinidad, conmigo puedes dejar esas limitaciones absurdas y lo sabes...



Minuet: antigua danza tradicional de la música barroca originaria de Francia, danza típica de las fiestas aristocráticas, en especial durante el absolutismo. Había que bailarlo con una rosa roja en la boca y las mujeres debían usar tacones.

miércoles, 2 de julio de 2008

I want a summer crush

Verano. Estación en la que empieza el desnalgue de las vacaciones universitarias/colegiales. A pesar de que Venezuela es un país tropical que no experimenta los cambios de las estaciones, nuestra cultura prestada/plagiada/adoptada (llámenla como quieran) de los norteamericanos nos hace vivir también esas estaciones como si aquí las viviésemos.

No sé si yo me he visto influenciado por esa cultura del "imperio" pero ciertamente quiero una cuota importante del verano.


El verano se caracteriza por un sol inclemente y ardiente, cosa que en Venezuela se disfruta casi todos los días del año, a pesar de que según la meteorología, estamos en la temporada de lluvia. Pero no son las condiciones climáticas las que determinan el verano. Eso es tan nerd y pasado de moda... Las estaciones ahora se caracterizan por la actitud de las personas durante cada estación.

¿Qué caracteriza al verano? Las vacaciones; estas a su vez implican un montón de eventos más. Febrero es el mes del amor, claro. Es el mes final del invierno que ya comie
nza a convertirse en primavera, la estación del amor. Yo soy de los que piensan que si la primavera se relaciona con el amor en el aire, el verano se relaciona con el sexo. Sí, así de claro. Enfrentémoslo: verano es igual a sexo sin compromisos, separado de los sentimientos. Por favor, ¿alguien me puede enseñar a hacer esto?

No se si admirar o despotricar a las personas que saben separar el sexo de los sentimientos y disfrutan de un verano salvaje estilo Wild On. Yo soy de los que ha caído en las redes de esos famosos "summer crush". ¿Qué es un summer crush? Es ese enamoramiento hacia una o varias personas que casualmente sólo dura el verano porque generalmente suceden cuando uno está de viaje en otras ciudades. Resultado: la distancia termina disolviendo lo que pudo haber sido una bonita relación. Algunos valientes tratan de vencer la distancia y cultivan un amor casi posible... casi. Otros simplemente se conforman con haber disfrutado esos dos o tres meses de sexo, besos, caricias y citas, y regresan felices a sus ciudades de origen.


Sí, yo he sido víctima del primer caso. Fui algo valiente y he tratado de conservar amores de verano a distancia en el pasado. Había dicho que ya no más, pero como siempre recuerdo a mis lectores en este blog: el ser humano es masoquista por excelencia. Sí algo me hizo más daño que placer, lo voy a volver a hacer, sólo por esa pequeña cuota de placer.

Pronto saldré de Caracas e iré a Maracay. Quizá a Barquisimeto posteriormente. Y antes de viajar, me gustaría saber de una vez si tendré a alguien en Maracay con quien disfrutar mi verano. Alguien que me enseñe que el sexo sí se puede disfrutar cuando no se involucra
n sentimientos, aunque secretamente yo no conciba esa idea. Me gustaría saber si aquí en Caracas podré encontrar a alguien que pacientemente espere mi regreso de las vacaciones de verano y trate de enseñarme lo mismo que espero de ese alguien en Maracay. Si consigo a alguien en Barquisimeto, no me quejaré.

Y es que personas como yo, de sentimientos nobles pero débiles al contacto con personas frías, necesitamos aprender un poco de frialdad con los amores de verano. No es cuestión de aprender a ser promiscuo, es aprender a no dañarme. No es aprender a ser de corazón de piedra, es aprender a ser de corazón blindado. No es aprender a cerrar las puertas del alma, es aprender a abrirlas a quienes merecen pasar por ellas. No es aprender de ninfomanía, es aprender
de placer, dolor y sentimientos.

Yo quiero un amor de verano, y esta vez que resulte...